Las centrales lecheras cuentan con unos especiales departamentos de "recepción" para recibir y gestionar la leche que reciben de las granjas. La primera tarea es la determinación de la cantidad de leche entregada. La cantidad se registra e introduce en el sistema de control que la central lechera usa para pesar o medir la leche recibida, y se compara con la cantidad producida; se trata de una tarea necesaria para monitorizar y controlar la eficiencia de la producción de leche y nata y controlar el rendimiento.

La cantidad de leche entregada puede medirse por volumen o por peso. A veces se utilizan los caudalímetros electromagnéticos para medir el volumen de leche recibida; alternativamente se pesan los caminos cisternas, o se utilizan los caudalímetros másicos Coriolis para medir la masa (peso) entregado. Hay varios otros factores que pueden determinar el método elegido: la desventaja principal de la medida volumétrica es que es afectada por la temperatura y puede ser imprecisa debido al efecto del arrastre de gas en la leche cruda. Los sistemas de pesaje de vehículos (células de carga) presentan imprecisiones causadas por el efecto del agua o la nieve sobre el vehículo, ya que estas también se pesan. Con los caudalímetros Coriolis OPTIMASS la cantidad de leche cruda entregada puede medirse con precisión. Esto ofrece la posibilidad de efectuar un cálculo exacto de la eficiencia de la planta de producción. Además, la tecnología EGM™ (gestión de gas de arrastre) de KROHNE fue desarrollada para los caudalímetros másicos OPTIMASS con el fin de resolver los problemas causados por los arrastres de aire o gas en líquidos como la leche cruda. Gracias al uso de potentes algoritmos de control, el caudalímetro sigue midiendo en una amplia gama de fracciones de gas y en condiciones de caudal difíciles.